miércoles, 28 de noviembre de 2012

Recordar y cambiar.

"Lo mejor de recordar es que puedes regresar cuando lo deseas, nadie te puede robar o impedir eso.
Quizá lo que más me impacta es que, siempre que vuelves el recuerdo es diferente.
Y si el recuerdo es diferente, uno lo acaba siendo también, porque ahí están tus raíces y si tus raíces cambian, también cambiará tu tronco..."

martes, 27 de noviembre de 2012

Increíble.

Quién me iba a decir que aquel cuerpo repleto de hiperactividad, hoy, cinco años después, me inspiraría tranquilidad.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Actuar por desconocimiento.

En ocasiones la razón de nuestros actos es el desconocimiento a las consecuencias.

domingo, 25 de noviembre de 2012

¡De esta noche no se salva ni La Luna!

viernes, 23 de noviembre de 2012

Alehop.

Tu turú turú, turú, turúuuu.

Remediable.

Tengo prisa. Demasiada tal vez.

martes, 20 de noviembre de 2012

Siempre firme.

"En el alma de un guerrero no hay lugar para la derrota".

martes, 13 de noviembre de 2012

Una posibilidad entre un millón.


Por mi y por todo el tiempo que tengo.

Vuelvo a sentir que estoy viva cuando, sin querer, siento de nuevo que late con fuerza, que me hace cosquillas a la vez que bombea. Cuando sin esperarlo, vuelvo a sentir mi corazón, que parece que se siente contento; feliz de ver que poco a poco, lo voy consiguiendo. Que tiene un motivo por el que latir, y ese está en mi misma.
En mis proposiciones, en mi esfuerzo y en mis logros. Pero sobretodo en la satisfacción de conseguir aquello que quiero, y en lo que me esfuerzo. Yo, conmigo misma.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Casi un siglo de amor perdido, pero sentido.

Recuerdo aún a la perfección aquel momento. Totalmente inesperado. En un gesto por inercia giré la cabeza y lo vi enfrente de mi, al otro lado. Tenía cara de asustado, el rostro pálido, y por la impresión que me daba estaba temblando, igual que yo. No era para menos... Sucedía el primer encuentro desde entonces.
Llevaba meses sin saber nada de él, desde la última carta. Prefiero no contar qué ni como pasó. La situación era cada vez peor, apenas le daban permiso para salir de servicio, y, con el tiempo, irremediablemente perdimos el contacto.
Esa fue después la única vez que volvimos a vernos, y fue tan trágica como el final. La cobardía y los nervios se apoderaron de nosotros, tal que ninguno de los dos pudo pronunciar siquiera una palabra. Yo seguí caminando y él se quedó ahí, tomando un café en aquella terraza y leyendo quien sabe qué.
Años más tarde yo conocí a tu abuelo y emprendimos juntos una vida llena de proyectos que nos llevaron a formar una familia. En aquellos tiempos las cosas no eran nada comparables a como son ahora, y desde el momento en que pronuncié el "sí, quiero" supe que ya nunca más iba a poder rescatar el amor de vida.
Él fue enviado en una de las tropas que pidieron como ayuda para el rescate de Afganistán, lo supe porque leí en un periódico el listado de soldados que iban a marchar y aparecía su nombre. Pero tiempo después, de ese mismo modo, volví a ver un listado publicado para avisar de quienes volvían sanos y salvos y esta vez su nombre no aparecía. Aquel país, y sobretodo aquel oficio, se llevaron la vida de lo que yo siempre había querido.
Setenta y nueve años más tarde me encuentro aquí, sola y viuda en una camilla contando mi historia. Nuestra historia. Sabiendo que él desde algún lugar la está escuchando y en algún momento también la contó. Pues yo había sido su proyecto de futuro que nunca pudo cumplir.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Así de simple, que no fácil.

Intento vivir en el presente para poder conseguir una supervivencia en el futuro.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Si me dices ven lo dejo todo... Pero dime ven

>>Desde los siete años me enamoré de esa pasión incontrolable a la que llaman "juego".
>>Aunque yo al juego le he llamado siempre "vida". Vida con azar, porque, ¿la vida no es azar también, joven Dani?
Afirmé levemente. No podía dejar de mirarlo. Sus ojos habían virado del cansancio a la pasión.
-Cuando fui más mayor empecé a jugar al póquer -continuó-. Pero ése era su juego. Jamás podría ser mejor que mi padre. Él me lo enseñó todo, pero nunca lo dominé.
>>Corazones, diamantes, tréboles y picas eran su pasión pero no la mía.
>>Me enseñó una regla básica aplicable a cualquier juego: "Siempre apuesta lo que no necesites". Eso es lo más importante para no arruinar tu vida ni la de los que te rodean... "Jamás lo incumplas, jamás", me suplicó mi padre muchas veces.
>>Con diez años me jugaba la mitad de mi semanada; con veinte años, la mitad de mi sueldo. Pero nunca perdí el control; siempre aposté lo que no necesitaba, el resto era para vivir.
>>También me mostró que el goce de ganar nunca debía ser superior al de perder.
>>Perder puede ser gozoso, pues te hace entender mejor el valor de ganar. Además, con el tiempo, las pérdidas siempre se acaban convirtiendo en ganancias.
Dejó de respirar unos segundos. Fue como si se apagara, pero antes de que pudiera avisar a nadie, continuó como si nada hubiera pasado. Fue tenebroso.
-Busqué durante diez años mi juego. Mi padre aseguraba que todos teníamos uno, aquel con el que nos sentíamos en consonancia y que conseguía que nuestra adrenalina se liberara de una manera totalmente placentera.
>>El póquer jamás fue mi juego, ni el blackjack, ni las carreras de caballos ni las de galgos. Ni tan sólo notaba nada jugando a las quinielas o a la lotería.
>>Hasta que apareció ella y con ella el juego de mi vida...

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Estaba, ergo no estoy.

Os cuento: yo estaba enamorada de una persona, sí, de veras que lo estaba... Y posiblemente os preguntéis: -¿estabas? Ergo ¿ya no lo estás?.
Pues mirad, sinceramente no lo sé, ya no sé cómo estoy, sólo sé que esa persona hace un tiempo dejó de existir. Con lo cual, cuando algo muere, hacia lo único que podemos sentir amor, es hacia los recuerdos. Porque a veces las cosas están tan marchitas que, por mucho que las queramos regar, es imposible que vuelvan a tener vida... Y eso es así, por más que pueda dolernos.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Tiene algo que me puede.

Me derrito siempre así... Me congelo, me deshago y entro en punto de fusión. Con sus besos, con sus labios, con su cuello.