miércoles, 27 de marzo de 2013

¡Sin miedos!

Eh, que aquí estoy yo pa' lo que venga. Pa' lo bueno y pa' lo malo.

viernes, 22 de marzo de 2013

Giros de 180 grados.

Llega un momento en que, quieras o no, te das cuenta de que las cosas han cambiado, has cambiado incluso tú misma. Y entre tantos detalles,  encuentras también que tal vez muchas cosas ya nunca más vuelvan a ser lo que fueron. Porque las personas crecen, y eso conlleva cambiar de ideas, de objetivos, de deseos... Y cambiar todo eso, significa dejar a un lado todo lo anterior por lo nuevo, esforzarse únicamente por saber qué es lo que se quiere, y por conseguirlo.
Y para conseguirlo hay que cambiar "había" por lo que "hay", para dejar hueco al "habrá". Hay que dejar atrás todo lo que ya pasó y disfrutar de lo que está pasando. El resto... Ya llegará.

Vendajes.

Cuano se quiere, el corazón no atiende a razones.

jueves, 21 de marzo de 2013

Optimismo.

Mire por donde mire, lo único que veo son salidas. Todavía no he llegado a ninguna puerta que jamás pudiera abrirse.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Respeto.

En el momento que decidas que algo deje de importarte, justo a partir de ahí, dejará de hacerlo.
Y desde que empieces a respetarte tú mismo, empezará a hacerlo el resto del mundo.
El respeto es algo imprescindible. Son unas bases que cada ser humano debe marcar sobre sí. Porque sin respeto, no se llega a nada. Ni si quiera a quererse uno mismo. Y hay que hacerlo. Es obligatorio respetarnos nosotros, tanto como que nos respete el resto.
Y de ahí, parten todas las bases. Así que... O nadas, o te ahogas.

"Sin reputación no hay respeto, conozco esta zona, esta mona no se anda por las ramas. Hablo claro, consecuencias llegan, si me necesitas, llama (Mala Rodríguez)"

jueves, 14 de marzo de 2013

Un país para comérselo.

"Viajar no es transportarse, viajar es sentir el camino"

Bajo cero. Bajo mínimos.

No me di cuenta hasta el otro día, y cuando caí en ello me recordé yo misma a una de las protagonistas de la película "The holiday".
No es la misma historia, pero me pasa algo parecido. Os cuento:
Amanda (interpretada por Cameron Díaz), había sufrido un gran cambio en un momento dado de su vida, que la mantuvo depresiva una temporada. Pasado ese tramo y desde entonces, nunca había podido volver llorar. Pasaron varios años, muchos, hasta que pudo volver a hacerlo. Hasta que apareció en su vida algo lo suficientemente importante, como para hacer que pudieran volver a brotar esas gotas de agua salada, que hacía años no salían de sus ojos, por más que ella lo había intentado.
Pues bien, yo, en un momento dado decidí no hacerlo más. Estaba cansada de lágrimas y de sentirme sin fuerzas. Así que me dije a mí misma (literal): ¿se puede saber por qué cojones lloras? ¡Si tampoco es demasiado importante! La última vez que lo haces.
Y creo que no fue buena idea. Debe ser que mi interior se tomó demasiado en serio aquello. Desde entonces no he podido volver a hacerlo, sólo una vez espontánea saltaron un par de lágrimas de rabia y otras cuantas de risa, pero no he podido volver a llorar.
Por un lado, pensaréis: qué bien, ojalá pudiera hacer yo eso, así no estás triste... otras un poco más pijas dirán: una ventaja para el Rimmel, ¡jo tia que bien, así no te desmaquillas!. Bla, bla, bla... Una mierda.
Llevo así bastante tiempo y, os aseguro, que a veces es necesario. A ningún ser humano le viene mal deshacerse de vez en cuando de todos esos nudos que se nos enredan en el estómago y molestan.
No hay ahora mismo nada que me llegue lo suficiente como para hacer salir todo aquello que odiamos tener dentro; los remordimientos, los desechos y las presiones.
Con todas estas cosas, también me recuerdo a los vampiros. Demasiado fría y demasiado tiempo siéndolo. Demasiado orgullo. Demasiado individualismo. Demasiada ignorancia. Muy pocos sentimientos, y muy poco humana.
Y todas esas cosas, no son demasiado buenas. Así que buscaré mis puntos hasta dar con el débil, entonces apuntaré y dispararé. Quiero volver a tener todos esos sentimientos que eran míos. Son lo único que me falta, para volver a ser yo.

lunes, 11 de marzo de 2013

Razón o corazón.

Es extraño, y no sé porqué, pero últimamente me encuentro en una lucha constante entre la razón y el corazón.
Y aunque a veces la razón remonta, al final... siempre suele ganar el corazón.
Por ahora estoy en la remontada, pero miedo me da que llegue el momento de la victoria.

domingo, 10 de marzo de 2013

Amor; amar. Relativo a la locura.

En el amor, a veces también se hace daño. El color rosa aparece sólo las primeras temporadas. Luego todo lo demás son tiras y afloja que hay que ir afrontando según van viniendo.
También hay algo importante, y es que, si no estás dispuesto a hacer locuras por amor, jamás deberías ser apto para amar.
Al fin y al cabo el amor es algo que sólo dos personas entienden y sienten al compás. Es eso que sólo uno mismo podría controlar; y aún así, tampoco se hace. Se quiere, se ama y se siente sin poder controlarlo, sin darnos cuenta hasta que no estamos pillados hasta las trancas. Sin remedio y sin elección. Como la locura.
Pero amar sin locura, sólo es querer. Y quererse, se puede querer (aunque en distinta medida) cualquier cosa o a cualquier persona allegada... Pero es la pareja a quien se ama.
Amar es de locos, por eso siempre dije que estoy loca. Tremendamente loca.

Heridas del Rock & Roll

Última llamada urgente desde recepción.

sábado, 9 de marzo de 2013

Ahora sí.

No hay obstáculo que pare ni viento que frene.
Ahora es cuando tengo la certeza de que, todo lo bueno... aún está por llegar.

Próximamente...

Lo mejor está por publicar.

Hipótesis.

Me encuentro como hacía tiempo que no me encontraba en mi primera casa. Es de noche, tarde ya. El día ha sido extraño, ha habido un viaje de por medio (entre otras cosas), y, para colmo, ha llovido. Es más, ya son bastantes días seguidos en los que no para de hacerlo; pero, por suerte, he caído en la cuenta de que, sin saber cómo, de repente estoy en un punto en el que puedo hacer que los días grises, tampoco sean tan malos.
A pesar de haber sido un día húmedo y extraño; ha sido bastante productivo en cuanto a reflexiones. También he sido capaz de ver algunos detalles que, aun habiéndolos tenido delante de mis ojos, no había sido capaz de verlos antes.
Supongo que nunca vienen mal estos días. No todo ha de ser blanco o negro, el gris también es necesario. Y lo es porque existe. Como “artista” y habiendo realizado varios trabajos prácticos y teóricos sobre el gradiente del color, puedo asegurar que todo lo blanco puede volverse negro;  que lo que parece totalmente oscuro, se aclara con la mezcla adecuada; y que, el color gris, tampoco es tan malo. Al fin y al cabo, si existe es por algo. La vida no puede tenernos siempre en un extremo u otro. Las emociones no han de ser siempre fuertes o débiles, también es bueno que tengan su punto medio.
Y aquí estoy, sentada en mi sofá con las piernas dobladas como un jefe indio. Con los cascos grandes y la música baja, con una melodía lenta y la luz tenue. Tranquila, como mejor soy capaz de escribir. Pero sobretodo e importante, he de destacar que no estoy sola. Tengo al lado a un ser maravilloso que mira y no habla, que observa y me sigue, que guarda y demuestra. Un ser que sin tener la capacidad de hablar, tiene la capacidad de hacer sentir, de hacerse notar y de crear la compañía más agradable y sincera del mundo. Mi perro.

jueves, 7 de marzo de 2013

Be positive.

El primer fallo sólo es la mejora del segundo intento.

martes, 5 de marzo de 2013

No te imagines un elefante rosa.

Es una táctica que no falla. Siempre que nos dicen que no hagamos algo, el subconsciente nos traiciona y finalmente incluso en contra de la voluntad propia, la mente busca cualquier escusa para hacerlo. No olvidemos que el cerebro es como un niño pequeño, cualquier cosa que le digamos que no haga, aunque sólo sea al imaginarla, la hará. Curiosidad. Es como todo aquello que nos dicen que existe y no conocemos, enseguida tenemos intriga por saber cómo es. Pero no olvidemos, que "la curiosidad mató al gato".
Basta que digamos que no vamos a hacer algo o nos digan que no debemos hacerlo, para que lo hagamos.
Reconócelo, te has imaginado el elefante rosa.