jueves, 14 de marzo de 2013

Bajo cero. Bajo mínimos.

No me di cuenta hasta el otro día, y cuando caí en ello me recordé yo misma a una de las protagonistas de la película "The holiday".
No es la misma historia, pero me pasa algo parecido. Os cuento:
Amanda (interpretada por Cameron Díaz), había sufrido un gran cambio en un momento dado de su vida, que la mantuvo depresiva una temporada. Pasado ese tramo y desde entonces, nunca había podido volver llorar. Pasaron varios años, muchos, hasta que pudo volver a hacerlo. Hasta que apareció en su vida algo lo suficientemente importante, como para hacer que pudieran volver a brotar esas gotas de agua salada, que hacía años no salían de sus ojos, por más que ella lo había intentado.
Pues bien, yo, en un momento dado decidí no hacerlo más. Estaba cansada de lágrimas y de sentirme sin fuerzas. Así que me dije a mí misma (literal): ¿se puede saber por qué cojones lloras? ¡Si tampoco es demasiado importante! La última vez que lo haces.
Y creo que no fue buena idea. Debe ser que mi interior se tomó demasiado en serio aquello. Desde entonces no he podido volver a hacerlo, sólo una vez espontánea saltaron un par de lágrimas de rabia y otras cuantas de risa, pero no he podido volver a llorar.
Por un lado, pensaréis: qué bien, ojalá pudiera hacer yo eso, así no estás triste... otras un poco más pijas dirán: una ventaja para el Rimmel, ¡jo tia que bien, así no te desmaquillas!. Bla, bla, bla... Una mierda.
Llevo así bastante tiempo y, os aseguro, que a veces es necesario. A ningún ser humano le viene mal deshacerse de vez en cuando de todos esos nudos que se nos enredan en el estómago y molestan.
No hay ahora mismo nada que me llegue lo suficiente como para hacer salir todo aquello que odiamos tener dentro; los remordimientos, los desechos y las presiones.
Con todas estas cosas, también me recuerdo a los vampiros. Demasiado fría y demasiado tiempo siéndolo. Demasiado orgullo. Demasiado individualismo. Demasiada ignorancia. Muy pocos sentimientos, y muy poco humana.
Y todas esas cosas, no son demasiado buenas. Así que buscaré mis puntos hasta dar con el débil, entonces apuntaré y dispararé. Quiero volver a tener todos esos sentimientos que eran míos. Son lo único que me falta, para volver a ser yo.

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