Si en cada uno de los suspiros no expulsas todo el aire, ni a cada salto le pones todo el impulso... Si con cada lágrima no muestras toda la emoción, ni en cada sonrisa desprendes absoluta alegría... Si a cada sueño no le pones imaginación hasta desbordarse, ni la motivación necesaria... Y si en cada instante de tu vida no rozas la locura... no estás viviendo lo suficiente.
Nada es suficiente, hasta que nos volvemos locos.
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